5 de agosto de 2010

No tengo la más mínima intención de esforzarme, en consonancia con el mínimo interés que el contenido de estas entradas puedan suscitar en el navegante despistado. Amigo lector, si la indolencia indiferente, un espasmo dactilar o tal vez la suerte tonta te ha llevado hasta este blog, te recomiendo pases de largo, pues nada de lo que aquí halles cobrará sentido alguno. Utiliza para ello la tecla "siguiente blog". No te pesará y yo,  además, te lo agradeceré. Tú en tu mundo y yo en el mío. De veras.

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