9 de agosto de 2010

Lunes, nueve de agosto. Enjaulado en mis vacaciones y, como diría alguna, ojiplático desde las siete de la mañana por culpa de los obreros tempraneros del tejado colindante. No me lo tomo a mal porque, al cabo, son vacaciones y por tanto esta pequeña anécdota insulsa ha sucedido a las siete de la mañana y no las siete de la madrugada, si me captan el matiz.

Así que decido malgastar el tiempo extra -que en primer lugar no había pedido- en remodelar un poco las tripas de este blog. Me abruman tantas opciones y también debo decir que he detectado una pestaña siniestra que reza "Monetizar". No he pulsado en ella, pero sospecho lo que acecha detrás: Prostituye tus letras a cambio de dinero. Asumiendo que ello sea cierto, me veo un poco como un degenerado que haría (que hace) estas cosas por vicio. Según como se mire, hasta puede ser una virtud. Un vicio virtuoso.

(Post reflexión: Coincido conmigo mismo en que nadie en su sano juicio pagaría por hacérselo con una fulana escrofulosa, acomplejada y plagada de faltas de ortografía, por lo que a priori no hallo contradicción entre (mi) vicio y (sus) melindres).

Este mundo está lleno de degenerados.

Y de mirones sin vela en este entierro. Los comentarios están abiertos para quien ha hecho fluir mi sangre como el barro y que, por supuesto, ignora que esto existe. Hasta nueva orden. Gracias,

Wat

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